martes, 3 de junio de 2014

Mercado laboral y género

EL CAMBIO SUSTANCIAL Y SOSTENIBLE DE LA DISTRIBUCIÓN DE RECURSOS Y OPORTUNIDADES IMPLICA TANTO LA RE COMPOSICIÓN DEL MERCADO DE TRABAJO Y, POR LO TANTO, DE LOS FLUJOS DE INGRESO LABORAL COMO LA DISTRIBUCIÓN DIRECTA VÍA POLÍTICAS SOCIALES DE LAS RIQUEZAS GENERADAS POR EL PAÍS
El fenómeno de migración del campo a la ciudad se constituye en Bolivia como un proceso muy antiguo, a partir de la segunda mitad del siglo XX, protagonizado generalmente por gente joven, adolescentes o adultos jóvenes. Este proceso se considera como un tipo particular de migración ya que en ella no solo se cambia de lugar de residencia, sino también de profesión u oficio, dadas las diferencias existentes entre las oportunidades, número y características de los distintos tipos de empleo que existe en el campo con relación a la ciudad.

A partir de este fenómeno, la brecha en términos de igualdad y género se fue ampliando dado que la las mujeres emigrantes del campo, en sus primeras y segundas generaciones, debido a las limitaciones en formación educativa (elevadas tasas de analfabetismo y deserción escolar) fueron encontrando un espacio laboral siendo contratadas como empleadas domésticas, generalmente en condiciones desfavorables para ellas y sometidas a muchos abusos por parte de sus empleadores.

Por el otro lado los hombres encontraron cabida en oficios básicos a través de conocimientos empíricos basados solo en la experiencia de sus lugares de origen, como la construcción y otros que demandan solo el empleo de la fuerza, con el pasar del tiempo fueron aprendiendo otros oficios generalmente artesanales, las siguientes generaciones tuvieron acceso a formación más técnica pero también de manera empírica.

Las nuevas generaciones de emigrantes salieron en busca de mejores empleos y ocupaciones más rentables, el acceso a la educación permitió la especialización en ramas técnicas y posteriormente se incursionaron en el comercio donde las diferencias de género se acortaron ya que tanto mujeres como hombres obtuvieron mejores condiciones y más ingresos.

Con el pasar de los años las brechas se acortan cada vez más porque en función a las necesidades de ingresos, tanto hombres como mujeres incursionan en rubros, profesiones o campos que eran de exclusividad de mujeres u hombres como por ejemplo el ámbito de la cocina en el caso de los hombres y en el ámbito de la construcción en el caso de las mujeres.

Por otro lado la necesidad de búsqueda de mejores condiciones y mayores oportunidades obliga a profesionales desempleados a buscar mejores alternativas de empleo en el exterior del país, migrando en la mayoría de los casos a Estados Unidos, España, Italia, Brasil y Argentina. Estas personas en gran proporción son empleadas como trabajadores domésticos, encargadas del cuidado de adultos mayores, meseros, constructores y obreros, postergados en la mayoría de los casos por la condición legal en la cual se encuentran en aquellos países.


Por todas estas razones se debe considerar al factor económico como una de los aspectos más importantes que hacen que las diferencias de género se acorten, ya que hoy en día tanto hombres como mujeres luchan por espacios que ofrecen mejores ingresos, incursionan en ramas y profesiones que antes eran propias o exclusivas de hombres o mujeres.

miércoles, 28 de mayo de 2014

EL PRINCIPIO DE IGUALDAD EN EL CICLO DEL PROYECTO
I INTRODUCCIÓN
Este análisis se constituye en un repaso a la incorporación del enfoque de género y la incorporación del principio de igualdad a lo largo del ciclo del Proyecto.
II DESARROLLO
El ciclo del proyecto con la incorporación del enfoque de género se basa en la incorporación de las siguientes fases:
2.1 Análisis previo o diagnostico de la situación. El diseño de un proyecto siempre partirá de la realización de un buen diagnostico de la situación social del entorno en el caso de proyectos de empleo, la perspectiva de género irá enfocada a describir las relaciones de género en el mercado de trabajo. Esto se puede realizar en base a estadísticas laborales desagregadas por sexo, de tal manera se podrán identificar las principales situaciones de discriminación. Los estudios y análisis específicos ayudarán a revelar las causas o razones de la desigualdad. Además se debe introducir elementos clave como el uso de los espacios, uso y control del tiempo, la división sexual del trabajo, acceso, uso y control diferenciado de los recursos por parte de mujeres y hombres, la condición y posición de las mujeres y varones dentro del sistema social y finalmente un diagnostico participativo.
2.2 Diseño y Planificación. El diseño establecerá la base que fundamentará el desarrollo del proyecto, en esta etapa se definirá el perfil, alcance, objetivos, extensión y mecanismos para la implementación del mismo Esta etapa se convierte en clave para la toma de decisiones con relación a las prioridades políticas y estratégicas además de la asignación de recursos. Para garantizar la igualdad en esta fase, se debe considerar la igualdad como prioridad y la dotación de recursos, personas expertas o asesorías externas especializadas en igualdad y género serán determinante. El equilibrio en la presencia de mujeres y hombres y la concertación y cooperación entre los actores en fundamental. En esta etapa de diseño y planificación de deben establecer y definir, objetivos, beneficiarios, actividades a desarrollar, asignación de recursos, plazos y medidas complementarias.
2.3 Ejecución. En esta etapa se debe asegurar que la gestión del proyecto vela por la igualdad tomando en cuenta las diferencias de género. Por lo tanto, el proceso de ejecución, en términos de igualdad y género, debe considerar a los recursos humanos, la convocatoria y la captación de personas beneficiarias El desarrollo de las actividades, el seguimiento a la ejecución, sensibilización y comunicación, la cooperación y el establecimiento de redes y las posibilidades de las transferencias deben ser tomadas en cuenta.
2.4 Evaluación. Esta etapa nos permitirá descubrir los beneficios y dificultades del proyecto, nos permitirá establecer ajustes al plan inicial, conocer y mejorar la eficiencia y la eficacia, identificar lecciones aprendidas y buenas prácticas, además de exponer la experiencia desarrollada del proyecto, por lo tanto la evaluación es un proceso continuo aplicado a lo largo del proyecto. Los momentos clave identificados son el diagnóstico, el proceso, los resultados y los impactos. En función a estos momentos se establecerán indicadores clave que afectarán a la incorporación del enfoque de género.
La evaluación de los proyectos con enfoque de género deberá incluir un análisis más cualitativo de los resultados centrado en un criterio de pertinencia, cobertura, eficiencia, eficacia, utilidad y sostenibilidad. En general cualquier proceso de evaluación que contemple la perspectiva de género deberá incluir indicadores que evalúen específicamente los avances o retrocesos en materia de igualdad, los datos desagregados por sexo, la herramientas diseñadas para identificar las desigualdades, la combinación de enfoques cualitativos y cuantitativos y finalmente la evaluación de procesos, la realización de actividades, los resultados obtenidos e impactos generados serán determinantes para establecer los avances en términos de igualdad y género.
III CONCLUSIÓN

El incorporar una perspectiva de género a un proyecto requerirá el diseño de un plan estratégico que se adapte a las características y necesidades en términos de igualdad, lo que implica contar con recursos especializados en políticas de igualdad y género y su intervención a lo largo del ciclo del proyecto.