EL PRINCIPIO DE IGUALDAD EN EL CICLO DEL PROYECTO
I INTRODUCCIÓN
Este análisis se constituye en un
repaso a la incorporación del enfoque de género y la incorporación del
principio de igualdad a lo largo del ciclo del Proyecto.
II DESARROLLO
El ciclo del proyecto con la
incorporación del enfoque de género se basa en la incorporación de las
siguientes fases:
2.1 Análisis previo o diagnostico de la situación. El diseño de un proyecto siempre
partirá de la realización de un buen diagnostico de la situación social del
entorno en el caso de proyectos de empleo, la perspectiva de género irá
enfocada a describir las relaciones de género en el mercado de trabajo. Esto se
puede realizar en base a estadísticas laborales desagregadas por sexo, de tal
manera se podrán identificar las principales situaciones de discriminación. Los
estudios y análisis específicos ayudarán a revelar las causas o razones de la
desigualdad. Además se debe introducir elementos clave como el uso de los
espacios, uso y control del tiempo, la división sexual del trabajo, acceso, uso
y control diferenciado de los recursos por parte de mujeres y hombres, la condición
y posición de las mujeres y varones dentro del sistema social y finalmente un
diagnostico participativo.
2.2 Diseño y Planificación. El diseño establecerá la base que fundamentará el
desarrollo del proyecto, en esta etapa se definirá el perfil, alcance,
objetivos, extensión y mecanismos para la implementación del mismo Esta etapa
se convierte en clave para la toma de decisiones con relación a las prioridades
políticas y estratégicas además de la asignación de recursos. Para garantizar
la igualdad en esta fase, se debe considerar la igualdad como prioridad y la
dotación de recursos, personas expertas o asesorías externas especializadas en
igualdad y género serán determinante. El equilibrio en la presencia de mujeres
y hombres y la concertación y cooperación entre los actores en fundamental. En
esta etapa de diseño y planificación de deben establecer y definir, objetivos,
beneficiarios, actividades a desarrollar, asignación de recursos, plazos y
medidas complementarias.
2.3 Ejecución.
En esta etapa se debe asegurar que la gestión del proyecto vela por la igualdad
tomando en cuenta las diferencias de género. Por lo tanto, el proceso de ejecución,
en términos de igualdad y género, debe considerar a los recursos humanos, la
convocatoria y la captación de personas beneficiarias El desarrollo de las
actividades, el seguimiento a la ejecución, sensibilización y comunicación, la
cooperación y el establecimiento de redes y las posibilidades de las
transferencias deben ser tomadas en cuenta.
2.4 Evaluación.
Esta etapa nos permitirá descubrir los beneficios y dificultades del proyecto,
nos permitirá establecer ajustes al plan inicial, conocer y mejorar la
eficiencia y la eficacia, identificar lecciones aprendidas y buenas prácticas, además
de exponer la experiencia desarrollada del proyecto, por lo tanto la evaluación
es un proceso continuo aplicado a lo largo del proyecto. Los momentos clave
identificados son el diagnóstico, el proceso, los resultados y los impactos. En
función a estos momentos se establecerán indicadores clave que afectarán a la
incorporación del enfoque de género.
La evaluación de los proyectos con
enfoque de género deberá incluir un análisis más cualitativo de los resultados
centrado en un criterio de pertinencia, cobertura, eficiencia, eficacia,
utilidad y sostenibilidad. En general cualquier proceso de evaluación que
contemple la perspectiva de género deberá incluir indicadores que evalúen
específicamente los avances o retrocesos en materia de igualdad, los datos
desagregados por sexo, la herramientas diseñadas para identificar las
desigualdades, la combinación de enfoques cualitativos y cuantitativos y
finalmente la evaluación de procesos, la realización de actividades, los resultados
obtenidos e impactos generados serán determinantes para establecer los avances
en términos de igualdad y género.
III CONCLUSIÓN
El incorporar una perspectiva de
género a un proyecto requerirá el diseño de un plan estratégico que se adapte a
las características y necesidades en términos de igualdad, lo que implica
contar con recursos especializados en políticas de igualdad y género y su
intervención a lo largo del ciclo del proyecto.